La nueva reforma pensional en Colombia, que entrará en vigor en julio de 2025, impondrá nuevas obligaciones a las empresas en cuanto a la seguridad social de los contratistas independientes.
La Ley 2381 de 2024, más conocida como la reforma pensional, representa un cambio significativo en el sistema de pensiones en Colombia. Esta ley, que comenzará a regir a partir del 1 de julio de 2025, introduce un sistema de pilares que agrupará a los cotizantes según sus características, como las semanas cotizadas, la edad y su capacidad económica de aportar al sistema.
Actualmente, los trabajadores independientes vinculados mediante contratos de prestación de servicios son responsables de realizar sus propios pagos a la seguridad social. Sin embargo, la nueva ley cambia esta dinámica, obligando a las empresas a asumir el pago de la seguridad social de estos trabajadores.
Con la entrada en vigor de la Ley 2381 de 2024, las empresas en Colombia deberán enfrentar nuevas responsabilidades. A partir de julio de 2025, estarán obligadas a gestionar y pagar los aportes a la seguridad social de sus contratistas independientes. Esto incluye descontar de los honorarios pactados el porcentaje correspondiente a salud, pensión y otros aportes voluntarios, y transferir dichos recursos al sistema de seguridad social dentro de los plazos estipulados.
Este cambio supone un aumento en las responsabilidades administrativas y operativas de las empresas, que deberán ajustar sus procesos internos y capacitar al personal encargado de estas tareas. Adicionalmente, representa un incremento en los costos operacionales, lo que podría afectar la sostenibilidad financiera de algunas empresas.
Para cumplir con las nuevas disposiciones de la reforma pensional, las empresas deberán adoptar varios pasos clave:
1. Realizar los descuentos directamente de los pagos a contratistas, tanto para los aportes obligatorios como voluntarios, siempre que el trabajador lo solicite por escrito.
2. Garantizar la puntualidad de las transferencias al sistema de seguridad social, evitando sanciones por retrasos.
3. Mantener registros claros y actualizados sobre los pagos y notificar a los contratistas sobre sus derechos y opciones disponibles para elegir su fondo de pensión.
4. Capacitar al personal encargado de gestionar estos procesos para asegurar el cumplimiento de las nuevas obligaciones.
Para los contratistas independientes, la reforma pensional trae tanto beneficios como desventajas. Uno de los principales beneficios es la mayor protección social, ya que las empresas serán responsables de gestionar y pagar sus aportes a la seguridad social. Esto podría facilitar el proceso de pago para los contratistas y asegurar una cobertura más amplia.
Sin embargo, una desventaja es que los honorarios netos recibidos por los contratistas podrían reducirse, ya que los descuentos para los aportes a la seguridad social serán aplicados directamente por las empresas. Además, los contratistas deberán adaptarse a las nuevas regulaciones y posiblemente enfrentar un aumento en los costos de su trabajo debido a estos descuentos.
La implementación de la reforma pensional es un paso hacia la formalización laboral y el fortalecimiento del sistema de seguridad social en Colombia. Con esta medida, el gobierno busca reducir la informalidad y cerrar brechas en la cobertura de seguridad social, promoviendo un modelo más inclusivo y seguro para todos los trabajadores.
A largo plazo, se espera que estas medidas contribuyan a un sistema de pensiones más robusto y sostenible, beneficiando tanto a los trabajadores como a las empresas. Sin embargo, será crucial monitorear la implementación de la reforma y realizar ajustes según sea necesario para asegurar que las nuevas obligaciones no se conviertan en una carga excesiva para las empresas.