Una de las preguntas más desafiantes a las que nos enfrentamos cuando emprendemos un negocio es: ¿Cuánto debo cobrar por mi trabajo? Es allí cuando analizamos la competencia, definimos los diferenciales de nuestro producto o servicio, los avaluamos y nos lanzamos al mercado con un precio que, probablemente, iremos ajustando en la medida en que nuestros clientes empiezan a responder.
Cuando hablamos de servicios de consultoría o asesoría, una forma fácil y práctica de tasar nuestro trabajo puede ser mediante la estipulación de un coste por hora, pero, cuando somos suficientemente buenos en lo que hacemos, las tarifas por hora pueden resultarnos perjudiciales. ¿Por qué? Porque seguramente empezaremos a ser más rápidos en la respuesta y ganaremos menos. Eso no tiene sentido, si eres de los mejores en el mercado, lo lógico es que ganes más y que tu asesoría obtenga el valor que merece.
Cuando cobras por horas, puedes caer en algunos errores:
Perder clientes por baja satisfacción: puede que un cliente requiera asesoría adicional y no se sienta cómodo con la opción de pagar más. Algunos se quedarán callados y buscarán otro proveedor, nosotros, por el contrario, desearán asesoría adicional por el mismo precio.
Trabajar más de las horas estipuladas sin pago extra: un mal cálculo inicial puede hacer que después de pactar con el cliente un número de horas determinadas de trabajo, debas destinar tiempo adicional a una tarea que pensaste sería más sencilla.
Ser una máquina operativa para la que todos los clientes son iguales: cuando te pagan por horas tienes el tiempo contado, por eso no das tanta importancia al análisis y a la investigación de tu cliente sino respondes operativamente sin tener en cuentas mercados, públicos u otros matices que hacen diferente a un cliente de otr
Una de las alternativas será cobrar por proyecto, sin lugar a duda será un gana-gana para ti y para tu cliente:
Tendrás tiempo para estudiar a tu cliente, conocer más acerca de él, de sus necesidades y prestarle un servicio a la medida.
No sacrificarás calidad, eso sí, en un principio deberás dedicar un tiempo especial a la definición de objetivos y a la estructuración de un plan de trabajo sólido que te permita cumplir respetando los lapsos pactados.
Podrás incluir una fase de ajustes y mejoras tras una entrega preliminar.
El cliente se sentirá mejor atendido al poder recurrir a ti sin realizar pagos adicionales.
Podrás convertirte en el mejor sin temor a ganar menos, serás eficiente, entregarás el mejor resultado y tu trabajo será bien remunerado.